jueves, 17 de mayo de 2012

Martin Bossi : Creo que hoy no tengo que ver ni con el Impostor ni con el Impostor

Martín Bossi: “Creo que hoy no tengo que ver ni con el impostor ni con el imitador”
El actor charló en exclusiva con Rosario Net previo a los tres shows que dará este fin de semana en el Teatro Broadway. Su formación, el estudio de los personajes, la mímesis, las mascaras y la posición “dylanesca” sobre su personaje de Cristina: “A la gente no siempre hay que darle lo que quiere. Hay que darle lo que uno está preparado para dar”
17-05-2012 | Por JMREtiquetar a Martín Bossi por su popular caracterización de la primera mandataria argentina sería limitar el extenso y complejo trabajo que a lo largo de estos años ha realizado el joven actor. La mímesis de CFK en Showmatch fue su punto máximo de popularidad pero a la vez está muy lejos de ser su mayor logro en términos artísticos. “El impostor apasionado” es la obra que el artista estará presentado en el Teatro Broadway el 18,19, 20,24 y 25 de mayo. Si bien esta se desarrolla como un music hall humorístico su trasfondo es más complejo y de carácter autorreferencial: “En el encontrase con uno mismo, el actor se esconde en distintas máscaras”, resume Bossi.
Se te conoce por tus caracterizaciones pero tus shows ofrecen mucho más que eso -hay danza, músicos en vivo, y hasta un stand up - arriba del escenario queda en evidencia una completa formación artística. Contanos sobre la misma y sobre tus inicios
“Mi formación y deformación (bromea). Hice lo que había que hacer en realidad, es la primera vez en mi vida hice lo que debía en un ámbito, porque siempre fue un chico que hizo las cosas al revés, rebelde. Estudié cinco años de arte dramático con Néstor Romero y Víctor La Place, pase por todas las obras clásicas; ‘el potrero’ podríamos decir para lo que es el futbol. Hace siete años que hago danza, de hecho ayer retomé. Hace ocho años que hago canto, semanalmente preparo la voz. Hice clown, expresión corporal, circo. No soy ni un iluminado ni un súper talentoso, soy un tipo con mucho trabajo encima.
En términos artísticos, ¿Es lo mismo un imitador a un impostor?
“Impostor puede haberlos de todo tipo; abogados impostores, presidentes impostores. El impostor es el que imposta, el imitador es el que copia. Creo que hoy no tengo que ver ni con el impostor ni con el imitador. El impostor es una marca que surgió en su momento, y el imitador hace mucho que lo dejé. Sin hacer un juicio de valor, soy un actor que imita. La imitación es una pablara media rara porque no existe. Lo que existe en la mimesis que es una rama de la dramaturgia. A lo que me dediqué más que nada es a la mímesis. Sin actuación de por medio no podes sostener un personaje más de un minuto. No creo que haya imitadores siquiera”.
¿Dentro de tus caracterizaciones, hay alguna que aprecies en especial?
“No tengo preferencias. La preferencia es actuar y todo es parte de lo mismo. La actuación es opinión, y yo opino. Ahora, si me apuras y tengo que decidir por uno, yo digo que Sandro, por una cuestión lógica”.
Justamente esa caracterización, dentro de la obra, la haces desde otro enfoque. Es una parte del show que lo haces con el torso desnudo, sin máscara
“Exacto. Eso es parte de la historia de la obra; cuenta de una profesora de teatro que trabaja con el actor para que se saque las máscaras. En ese encontrarse con uno mismo el actor se esconde, en máscaras conocidas. Ahí entretengo al público pero en verdad hay una trasfondo bastante grave, que es lo que me pasó en la vida: para que me quieran me disfracé”.
¿Cómo estudias tus personajes?
“Primero la voz y el cuerpo, para el público que quiere eso dárselo. Para el que va más profundo viene lo otro: el alma, el espíritu, la línea de pensamiento, mi opinión, y sigue así”.
La masividad llegó con tu personificación de CFK, la cual no incluís en tus repertorios aunque es una de las más solicitadas ¿Cristina es para vos lo que “Muchacha ojos de papel” habrá sido para el Flaco, el hit cansador?
“Es lindo que lo nombres al flaco (sonríe). Muchacha para Spinetta fue su máxima obra, creo yo la más perfecta del rock & roll. Mi Cristina no es lo más grande que se haya hecho en actuación, no es mi más grande obra. Yo diría que es más como ‘La felicidad’ de Palito Ortega; lo que lo hizo popular. Luego yo si tengo que elegir algo de Palito, elijo ‘Esa flor que está naciendo…’ (entona) porque le canta a la madre. Cristina para mí fue un momento de popularidad en un proceso mío televisivo, del cual he aprendido mucho. Mi punto máximo de popularidad en la tele. Punto y aparte. No más que eso. Obviamente digo “no más” sabiendo que fue demasiado”.
“Mis shows no se basan en ‘el pibe que la pegó en la tele y hace un espectáculo’. Es verdad la gente me lo pide, y precisamente no lo hago por eso. A la gente no hay que darle lo que la gente quiere, porque en realidad hay que darle lo que uno está preparado para dar, que es lo que la gente después va a querer”.
Es común siendo un hombre del ambiente artístico que se especule sobre tu vida privada o hasta tu sexualidad ¿Esto te molesta?
“Me encanta. Es el negocio. El maestro Sandro me lo explicó: ‘Pichón si queres hacer una carrea seria, separá’. Y la gran Graciela Borges me dijo ‘Enano, no se tiene que saber nada de vos’. Lo único que se tiene que saber es la magia de que me vayan a ver. Me encanta separar bien. No me considero ni una estrella, ni siquiera un artista, soy un laburante del medio. Yo laburo como actor. Trabajo y luego a mi casa a hacer mis cosas. Todo lo que se diga en el medio, no voy a refutarlo nunca, así digan que soy el responsable de las Torres Gemelas. Presto mi apellido a lo que quieran. Nunca se hablaron cosas tremendas mías, más que un ‘salí con una mina, no salí con una mina’.
“No quiero que me evalúen por mi vida privada, quiero que me evalúen por mi laburo, soy exigente en eso. Para poder ir profundo, y que la gente no tenga un preconcepto”.

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